
En un contexto global donde la sostenibilidad, la inclusión y el respeto por las culturas locales han toman protagonismo, las empresas de turismo y los actores estatales tienen la responsabilidad de liderar con ética y compromiso hacia las comunidades indígenas.
En este sentido, el Código de Ética de Turismo Indígena surge como un pilar fundamental en este esfuerzo, estableciendo un marco de gobernanza que refuerza la importancia del respeto, la transparencia y la equidad en la relación entre los actores turísticos, las empresas de turismo indígena, sus comunidades y territorios.

Este instrumento tiene un origen de larga data y constituye un esfuerzo inédito de coordinación público-privada donde la representatividad de las organizaciones y comunidades indígenas ha resaltado desde el origen de las distintas iniciativas. En el año 2016, a propósito del diseño del Programa Estratégico Regional (PER) “Descubre Tamarugal” se abrió un camino formal para el desarrollo de una oferta turística, con un fuerte compromiso con los territorios ancestrales y ciertos valores y principios (Suma Qamaña, Sumak Kawsay o Buen Vivir).
El desarrollo del Código tiene sus primeros antecedentes el año 2017 en el Primer Encuentro de Turismo Comunitario Indígena de la Región de Tarapacá realizado en diciembre y en el Primer Encuentro de Tour Operadores de la Cámara de Operadores Turísticos de Tarapacá (COTTAR) efectuado en abril 2018 en donde se establecieron dos acuerdos del mismo nombre: “Declaración de Principios para la Generación de un Código de Ética para el Desarrollo del Turismo Comunitario Indígena de la Región de Tarapacá”.
Ambos acuerdos, establecen la intención de elaborar un “Código de Ética de Turismo Indígena Comunitario”, y definen los principios básicos para regular la relación entre las comunidades indígenas y operadores turísticos.
Dichos acuerdos buscaban regular y establecer mecanismos de buena fe, basados principalmente en el respeto de los derechos de los pueblos indígenas como eje central.
El año 2024, A través del convenio de Colaboración y Transferencia de recursos entre la CONADI y SERNATUR, se ejecuta el proyecto “Fortalecimiento de la Competitividad y Sostenibilidad de Emprendimientos Turísticos indígenas de Comunidades y/o Emprendedores Indígenas de la Provincia del Tamarugal”. En esta asesoría se ha buscado fortalecer la competitividad y sostenibilidad de emprendimientos turísticos indígenas de comunidades y/o emprendedores indígenas y su vinculación con sitios turísticos de significación cultural.
Uno de los aspectos relevantes de este proceso, es que a iniciativa de los propios beneficiarios, mientras se desarrollaba el proceso de consultoría, sugirieron cambiar el énfasis y habilitar un mecanismos de adaptación e implementación del Código de Ética de Turismo Indígena, para la comercialización con la industria turística.

Lo anterior, poniendo énfasis en el conocimiento y articulación del Código y la necesidad de implementarlo por medio de cooperativas y/o asociaciones de turismo indígena.
La fórmula, a través de la constitución de una asociación gremial que reúna a las empresas de turismo indígena de la Región de Tarapacá.

Un marco para la colaboración y el respeto cultural
El turismo indígena no solo ofrece una ventana para experimentar culturas ancestrales, sino también una oportunidad para que las comunidades sean partícipes activos en la valorización y promoción de su patrimonio cultural. Sin embargo, esta colaboración necesita un marco ético que guíe las interacciones entre los operadores turísticos y los pueblos indígenas, asegurando que las dinámicas de poder y el uso de recursos culturales y naturales se realicen de manera justa y sostenible.
El Código de Ética busca precisamente esto: promover una relación equitativa y respetuosa entre las empresas y las comunidades. Este documento aboga por el respeto a las cosmovisiones indígenas, la protección de sus derechos colectivos y la distribución justa de los beneficios económicos generados por las actividades turísticas.
Principios clave de gobernanza ética
El Código de Ética articula principios claros que pueden ser adoptados por las empresas de turismo para fomentar la buena gobernanza y promover el desarrollo inclusivo. Estos principios incluyen:
1. Consulta y consentimiento previo, libre e informado: Los pueblos indígenas tienen el derecho a ser informados y consultados antes de que se lleve a cabo cualquier actividad que pueda afectar sus territorios, cultura o medios de vida.
2. Respeto a los conocimientos tradicionales y el patrimonio cultural: Las empresas deben reconocer que los saberes ancestrales y las prácticas culturales de los pueblos indígenas son recursos invaluables, que deben ser protegidos y promovidos bajo los términos que estas comunidades definan.
3. Distribución justa de los beneficios: El turismo debe generar valor económico y social, pero también debe garantizar que los beneficios se distribuyan de manera equitativa, respetando los derechos colectivos de las comunidades anfitrionas.
4. Responsabilidad ambiental: El turismo indígena debe estar intrínsecamente vinculado a la conservación de los ecosistemas naturales. Esto implica el uso responsable de los recursos y la promoción de prácticas que aseguren la sostenibilidad a largo plazo de los territorios donde operan las empresas turísticas.
Gobernanza: una vía hacia la sostenibilidad
La implementación efectiva del Código de Ética requiere un enfoque de gobernanza participativa. En este sentido, la constitución de una entidad distinta a la los propios representados, constituye un ejemplo de coordinación y compromiso que habilita la sostenibilidad de destinos sensibles, territorios pertenecientes a comunidades indígenas, las cuales deben ser vistas no solo como receptoras de los impactos del turismo, sino como agentes activos en la toma de decisiones. En este sentido, la Asociación Gremial generará espacios de diálogo y colaboración donde las comunidades puedan expresar sus necesidades y expectativas, y donde las empresas se comprometan a respetar estos acuerdos.
La gobernanza turística basada en principios éticos también fortalece la reputación de quienes participan y el valor a largo plazo de las empresas e iniciativas. En un mundo donde los potenciales turistas son cada vez más conscientes del impacto social y ambiental de sus decisiones de viaje.
Deja una respuesta